Los que me conocen sabrán que soy
un gran aficionado a los temas de criptografía. Es lo que me llevó a Internet,
allá por mediados de los noventa, y sólo os daré como ejemplo mi web www.cripto.es para justificarlo. Desde
entonces, he escrito mucho sobre el tema.
Como conclusión inevitable,
durante el último año le he estado dando vueltas a la idea de escribir un libro
sobre criptografía. La pregunta que antes tenía que responderme a mí mismo era
¿por qué? ¿Qué tengo que ofrecer que no se haya escrito ya? Hay muchos libros
sobre criptografía, muy buenos algunos. Pero vi que la mayoría de esos libros
se limitaban a explicaciones matemáticas prolijas y complicadas. Se trataba de
teoría de números aplicada a algoritmos de clave pública, firma digita,
funciones hash; todo muy interesante, pero no el tipo de lectura con que nos
relajamos frente a una caña de cerveza.
Mi contribución ha sido distinta.
Quería hablar de códigos, de algoritmos, de claves; pero sobre todo deseaba
enlazarlo con nuestra vida cotidiana. Y es que en este mundo digital moderno,
estamos utilizando criptografía constantemente: al conectar el móvil, al sacar
dinero del cajero, al navegar por Internet, al enviar mensajes por teléfono, al
pagar con el abono de transporte. Incluso su documento de identidad y su
pasaporte incluyen elementos criptográficos.
El problema viene cuando la
criptografía falla. De repente, y sin motivo aparente, dos y dos dejan de sumar
cuatro. En ese instante, sucede algo extraordinario: sistemas matemáticos
nítidos y claros, creados por mentes brillantes, de repente se niegan a operar
correctamente. El PIN de la tarjeta no nos protege contra clonados, la
contraseña WiFi de nuestra casa resulta pan comido para el vecino de arriba y
los datos que acabamos de introducir en nuestra red social favorita acaban en
el archivo de entrada de otro usuario. Desde los fallos de los algoritmos más
sofisticados hasta la estupidez humana, todo conspira para debilitar la
seguridad de nuestro mundo digital. A veces se trata de fallos matemáticos muy
sutiles; otras veces, sencillamente, el usuario es idiota, o bien la empresa
quiere ahorrar en el chocolate del loro. El resultado: otro que muerde el
polvo.
Por ejemplo, seguro que usted
tiene móvil. ¿Sabe hasta qué punto los algoritmos criptográficos GSM son
seguros? ¿Cómo ha evolucionado la protección de las redes de telefonía móvil?
¿Por qué en los años noventa pillaron a Txiqui Benegas hablando de “el enano” o
“el one” en su flamante Motorola? ¿Cómo es eso de que los mensajes de WhatApp
están mal protegidos? ¿Qué combinación de factores permiten hacer un Scarlett
Johannson y robar esas fotos que no debería ver ni tu pareja?
En mi nuevo libro lo explico. La
idea es llevar al lector de la mano a través de sistemas que ahora utilizamos
habitualmente. En cada caso, los fallos de los sistemas de cifrado que
incorporaban fueron causa determinante de su desarrollo posterior. De los DVD
hemos pasado al Blu-ray, y en cada paso nos aseguraron que la protección contra
copia era total y perfecta. Bien, pásese por cualquier servidor torrent y
descubra si tenían razón; luego vuelva al libro para descubrir por qué. Una
ventaja con la que cuenta es que he incluido más de quinientas referencias
sobre los temas que narro. Si quiere usted acceder a la noticia o el artículo
original, nada más fácil que hacer clic en el lugar adecuado. Eso no se puede
hacer en un libro en papel, y es uno de los motivos por los que me he centrado
en una versión electrónica.
Pero soy el autor y puede que el
amor de padre me ciegue. Hay una forma fácil de averiguarlo: entre en Amazon,
descárguese el 10% del libro (puede hacerlo, de forma gratuita y sin
compromiso) y juzgue usted mismo. Si el veredicto es positivo, espero de
corazón que disfrute de la lectura.
He aquí mi obra. Está disponible
exclusivamente en formato electrónico, en la plataforma de Amazon. Señoras,
señores, niños y niñas, bienvenidos a mi nueva creación:
Y recuerden el consejo de Sheldon
Cooper: 1234 no es una contraseña válida. Feliz Navidad a todos.
PD: Ya me están preguntando eso de "eh, me firmarás el libro, ¿no?" Pues claro que sí. ¿Y qué libro sobre criptografía sería si no pudiese hacerle una firma digital? ¿Queréis que os lo firme? ¡Pues os lo firmo!
PD: Ya me están preguntando eso de "eh, me firmarás el libro, ¿no?" Pues claro que sí. ¿Y qué libro sobre criptografía sería si no pudiese hacerle una firma digital? ¿Queréis que os lo firme? ¡Pues os lo firmo!